viernes, 20 de febrero de 2009

Recuerdos del mar

Cuando éramos chicos - y digo éramos porque pienso en mis hermanos y en mí - los veranos traían bajo el brazo la felicidad de Mar del Plata ... La playa inconmensurable de Punta Mogotes y Playa Grande que enloquecía a papá con su escollera y su mar azul … Mamá siempre sugiriendo nuevos horizontes y playas no visitadas ... y papá riéndose socarronamente y diciendo que Mar del Plata era el mejor lugar del mundo ... - Lo dice gente que conoce el mundo Silvia – aseveraba siempre papá con esa estadística dudosa del que elige con pasión por encima de todas las cosas.

Febrero era el mes elegido para veranear ... Unos días antes de partir la felicidad me desbordaba ... contaba días ... fantaseaba la mayor parte de las horas muertas el ansiado reencuentro con la playa y el mar ... La noche víspera papá cargaba la parte de atrás de la camioneta que usaba para trabajar y se quejaba de que llevásemos tantas cosas ... Años después tuvimos el auto y tenía de bueno que viajábamos más cómodos ... pero no se podían llevar tantas cosas como antes ... Y entonces la gran perdedora era la bicicleta que se debía quedar en Buenos Aires a esperar mi regreso.

La noche de víspera casi no se dormía ... a papá le gustaba salir de madrugada ... y todavía recuerdo el grito de papá diciendo ... arriba hijos que son las cinco y media ... desayunen rápido que nos vamos.
Ese día no costaba nada madrugar ... ni se lamentaba el sueño entrecortado y breve ... despertarse era vestirse a toda velocidad ... tomar un café con leche ... y dejar las tazas sin lavar en la pileta de la cocina ... La tozudez de mamá insistía en lavar hasta la última cucharita … con la excusa de las hormigas que aprovecharían la casa vacía para trepar y comer a sus anchas … En el aire se respiraba un día distinto y feliz … De alguna manera – gustaban de decir en casa - ya habían empezado las vacaciones.

Después el destello del día luminoso … y la ruta dos y papá criticando que fuese doble mano ... explicando las ventajas de una futura ruta más amplia ... El folclore familiar de todos los años ... la ruta demasiado angosta ... la otra ruta número once más amplia ... tipo autopista ... pero más larga y la promesa de que algún año iremos por allí para que los chicos vean el mar antes de que lleguemos ... Yo fantaseando con esa promesa interbalnearia y papá explicando la sabiduría de los camioneros ... – Estos tipos saben manejar Silvia – acostumbraba a afirmar con solidez filosófica – ellos te dan el paso sin problema ¿ves? ... son gente que conoce de rutas ... saben lo que es manejar ... Te saludan cuando los pasas … y andan de lo más tranquilos … No como esos pelotudos que manejan una vez al año y se creen los dueños de la ruta y entorpecen todo ... Ehhh Silvia ... vos me decís que no es nada ... qué no me ponga nervioso ... pero yo te digo que por un boludo como esos después ocurren los accidentes ... Mirá ... mirá este pelotudo lo que hace ... cambia de carril y no te avisa … Ahh ¿qué lindo ehh? ... Ahhh nooo … claaaro … vos todo lo justificas ... que no se dio cuenta ... que no le anda la lucecita ... que está de vacaciones y toda la cantinela … Yo no ¿viste? … ¿él quiere manejar así? … está bien ... pero que pague entonces ... que lo multen por pelotudo ... Yo vengo a casi cien kilómetros por hora con tres chicos ¿me entendés? ... y un boludo como ese te puede cagar la vida ... Nooo si yo no me enojo Silvia ... te comento para distraerme nada más ... ¿Vos no sabías que al conductor hay que entretenerlo? ... Claro Mona ... son tantas horas andando derecho que te podés dormir ... ¿sabés a cuantos camioneros les pasa eso? ... pero ojo que los tipos saben ehh ... y cuando ven que no pueden más de sueño se tiran a la banquina y descansan ... no le joden la vida a los demás ... Mirá ... miralo a este del Peugeot azul ... nos quiere pasar a todos … ¿Pero dónde querés que me ponga Tío? … Pero pasá … pasá tarado mental … Miralo vos … mirá la cara de boludo que tiene … se hace el apurado y no le importa que lleva dos pibes atrás … ¡qué vas a hacer! … hay gente que no le da la cabeza … ¡es increíble!

Afuera el campo y las vaquitas innumerables … los molinos … los girasoles … el cielo mezclándose en el horizonte con el silencio verde … Alguna vez podríamos parar en Chascomús – sugería suavemente mamá – para que los chicos conozcan la laguna y el pueblito … Papá asentía con la cabeza sin despegar la vista de la ruta … algunas veces pedía un trapo que había siempre en la guantera para secarse las manos sudorosas al volante … y en general no se detenía hasta llegar a Dolores … - ¿Sabés que pasa Mona? … Dolores es la mitad exacta del recorrido – afirmaba tajante – de ahí en más es como que el viaje se te pasa más rápido … Menos los últimos kilómetros … es claro … porque viste vos que cuando te faltan treinta o cuarenta kilómetros … es como que ya te desesperás por llegar … Y es por eso que – reflexionaba papá como si estuviese dando cátedra – la mayoría de los accidentes ocurren ahí … cuando sabés que estás por llegar … ahí te apurás … y donde te descuidaste chocaste … es sabido.

Los últimos kilómetros … Camet … y Mar del Plata que esperaba con los brazos abiertos … - Llegaaamos - gritaba papá … y a Pablo ... Andrea y a mí no nos alcanzaban los ojos ni las palabras para elogiar y contemplar la belleza de ese mar azul intenso que estallaba de repente … Mamá insistía en ordenar un poco las cosas de recién llegados … y papá taladraba los oídos vociferando vamos a la playa que hoy es un día peronista … - Escuchen hijos … acá no se puede perder un minuto … si está el sol hay que ir a la playa urgente y sin dudarlo … después volvemos y nos ocupamos de todo lo demás … ¿Por qué saben hijos? ustedes piensen que venimos solo quince días al año a Mar del Plata … y hoy está el sol pero mañana quién sabe que puede pasar con el tiempo … - No seas tremendista Pachi – le bromeaba mamá … y papá - convencido hasta decir basta - le replicaba: - ¿Tremendista? … ¿Mirá si a partir de mañana te llueve una semana seguida? … después vas a decir ¡qué boludos que no fuimos a la playa ayer! … Nooo no se puede perder un minuto de sol … hoy por ser el primer día podemos a ir a Playa Grande … ¡qué lugar Dios mío! … ¡Dale Mona … dale … dejá todo así nomás che y vamos a meternos en el mar! ¿vos no lo extrañas? …

Papá clavaba la sombrilla en la arena como quién busca petróleo … - Por el viento ¿viste Mona? … si se te vuela ¿sabés donde la vas a buscar no? … Además podés lastimar a alguno … No … si esto no es joda … vos te reís pero después viene cualquier boludo que quiere tener primera fila frente al mar … clava la sombrilla así nomás y cuando se le vuela y le revienta la cabeza a alguno viene y te dice: ay ¡qué mala suerte! fue el viento disculpame … y así ocurren los accidentes ¿viste? -
En la playa papá era como un hermano más … y todavía en aquellos años podía darse el placer de negarse a perder el tiempo con el protector solar … Recién instalados los cinco bajo la sombrilla insistía con que todos nos metamos al mar … Ante la tímida negativa de mamá … aparecía su faceta más divertida y caminaba hasta la orilla y traía un poquito de agua entre sus manos riéndose … Después nos salpicaba a todos.

Pero dale che … vení Mona … vení conmigo hasta la orilla … nooo yo no te empujo … lo hago solo para animarte … ¿ahora no me vas a decir que al agua está fría? … ¿Fría? … si esto parece el Caribe … solo falta Fidel … Pero qué me venís … que me venís con el Caribe vos … si los tipos de allá supiesen lo que es Mar del Plata y como se come en Argentina … el año que viene tenés a todos los cubanos sentaditos acá … ¡qué comunismo ni comunismo! – auguraba papá entre risas - El Caribe ... ahh qué lindo eh ... la playa solitaria ... tanto que para conversar con alguno tenés que caminar setenta kilómetros ... ¿el agua? ¡hermosa! a ciento cincuenta grados ... tenés más calor adentro que afuera ... ¡qué lindo ehh! ... ¿el mar? cristalino y más tranquilo que un estanque ... Ahhh ¡qué maravilla! ... ni una mísera ola para divertirse un rato ... ¿El tiempo en el Caribe? ... uhhh ¡divino! ... todos días de cuatrocientos ochenta y cinco grados a la sombra ... pero ojo che ... quedás bien bronceado ... ¡divino! ... el día menos pensado estás tirado bajo una palmera y viene un huracán y te lleva todo a la mierda ... Y sin embargo muchos van a seguir repitiendo como loros ¡es divino! ... Nooo si a todos ustedes le contaron un cuentito ... por eso lo repiten como loros ... ¿qué te van a decir los cubanos? ... ¿que viven en un lugar tan pero tan lindo que el gobierno por las dudas no los deja salir? ... Noo ... a mí dejame en Mar del Plata.

Papá caminaba placidamente por la arena … contemplaba el mar … miraba las nubes en el cielo y - como niño que descubre algo novedoso - mostraba a mis hermanos la avioneta que llevaba y traía los carteles con propagandas ... Después nos metíamos en el agua todos juntos ... A papá – que nunca supo nadar – no le agradaba demasiado hundir la cabeza abajo del agua ... Y por eso enfrentaba a las olas dándoles terribles e inolvidables panzazos ... Algunas veces le era inevitable hundirse ... y salía escupiendo agua ... refregándose los ojos y la nariz con las dos manos ... Cuando advertía que nosotros y mamá nos reíamos de él ... nos miraba sin decir nada ... pero una sonrisa pícara se dibujaba en sus labios ... Al rato elogiaba hasta la sal del mar marplatense que según él limpiaba todo el organismo ... rejuvenecía ... curaba y desinfectaba cualquier herida ... incluso hasta aquellas que se habían hecho crónicas a lo largo del año.

No sé si ya dije que papá era un hermano más en la playa ... que en medio de una cruenta batalla por vencer a las olas podía gritar ... – Che Ruben salí y andá preparando las paletas ehh … preparate vos también … hoy te mato … estoy invencible … esperá que en un ratito salgo del agua y jugamos … ¿O ya abandonaste por la paliza que te di el año pasado? ¿Vas a querer la revancha? …Yo corría hasta la orilla tratando de ganar la carrera a las olas ... y caminaba tiritando hasta la sombrilla para buscar las paletas y comenzar a marcar la cancha en la arena ... Al rato llegaba él y mirándome sonriente y con aprobación decía: ¡Qué divina está la playa che! ... ¡qué lugar extraordinario es este hijo! … ¡cuanta gente vino este año a Mar del Plata! … ¡Después viene cualquier boludo y te quiere convencer de que hay lugares más lindos! …

Pasaron los años ... y yo tuve la suerte de conocer playas mucho más extraordinarias y bellas que las de Mar del Plata ... Cada vez que viajo y conozco alguna playa paradisíaca no puedo evitar acordarme de papá y de aquellos años ... Y una tarde cualquiera ... recostado bajo la quietud de alguna palmera ... frente a un mar cristalino y tibio ... supe que papá – sin saberlo – demostró una y otra vez que el agua salada quizás también podía impedir el contagio de sus opiniones más dudosas y arbitrarias … Pero sin dudas no pudo impedir el contagio de su vital y estruendosa alegría ... Esa que todavía me asalta y lo evoca ... al sentir la cercanía del mar.

domingo, 15 de febrero de 2009

Una hermosa y llorosa sorpresa

A Luana



I

Falta menos de un mes para que nazcas ... estoy algo ansioso y muy emocionado. A veces voy caminando por la calle ... miro las caritas de otros bebés que pasan a mi lado ... y trato de imaginar la tuya cuando paseemos juntos ... ¡Tengo tantas ganas de conocerte! ... que me siento feliz de saber que dentro de poco tiempo voy a poder darte un abrazo.
La panza de mamá crece día tras día ... semana tras semana ... nosotros decimos – porque así nos parece – que vos creces los días viernes ... Cada fin de semana que llega ... la panza de mamá se hace más grande y redonda ... Cuando estamos en casa yo acerco mis labios al vientre de mamá y te hablo ... Imagino que me escuchás y entendes lo que digo ... pero como esta carta la escribo pensando en vos que sos el futuro ... sospecho que cuando puedas leerla y entenderla ... ya te habrás olvidado lo que te decía papá cuando estabas en la panza!!!! ... Acerco mis labios y te digo que te quiero mucho ... que con tu mamá te estamos esperando ... Te cuento cuanto te falta para salir (aunque eso finalmente quizás lo decidas vos) ... y te digo que estés tranquilo porque todo marcha bien ... y continuará de igual manera. Vos te hacés sentir (tu mamá sabe más que yo al respecto) ... y en este momento estás con la cabecita hacia abajo preparando los pulmones para celebrar la vida ...

II

Dentro de poco tiempo comenzará tu historia en el mundo ... tu vida comenzó hace ya ocho meses ... una noche que mamá y papá se amaron con mucha intensidad y placer y ganas de engendrarte.
Al principio eras un embrioncito que se veía como una manchita blanca dentro del vientre de mamá ... La primera vez que te vimos era una linda tarde con mucho sol ... y recuerdo ... nos quedamos mirando las pequeñas imágenes que nos entregaron (que en éstos tiempos llaman ecografía) y exclamamos con alegría: - ¡ pensar que en nueve meses ese pedacito de vida que late será un bebé! ... ¡Nuestro bebé!
¡La vida es un milagro bomboncito! ... y por ello debe ser celebrada ... Pero ... la vida no vale nada sino tenemos historia ... no esa que hace “noni noni” en los libros ... sino la que cada uno construye día tras días ... semana tras semana ... y que nos une a todo y todos los demás ... ¡Nuestra vida es historia viva!
Es por eso que yo digo que tu historia comienza dentro de poquito ... cuando decidás salir de la panza de mamá ... y regalés tu primer alarido al mundo.
Pero ... ¿sabés? ... nosotros ni bien supimos que tu vida había comenzado - o lo que es más simple - que mamá estaba embarazada ... celebramos y vociferamos a los cuatro vientos anunciando tu llegada ... fue nuestra manera de empezar a prepararte tu primer lugarcito en el mundo y cerca de nosotros ... nos permitimos esa licencia al principio ... ya que al fin y al cabo seremos tus papás.
Hoy día ... tus abuelos ... tus tíos ... tu prima ... nuestros amigos y compañeros ... preguntan por vos a cada rato ... cuando llegás ... si estás bien ... cómo te vas a llamar ... y si sos nene o nena. Además te hacen regalos ... ropita para cuando nazcas ... algún juguete ... y hasta una camisetita de Boca igualita a la original.
Hoy – por ejemplo – mamá estuvo acondicionando la que será tu cuna ... y dentro de un rato cuando yo llegue a casa voy a comenzarla a armar. ¡Solo faltan 3 semanas para que nazcas! ... Nosotros de a poco te vamos incluyendo en nuestra historia ... claro que falta algo importante ¡que nos conozcamos! ... y lo primordial ... que vos comencés a construir tu historia y nos incluyás en ella a nosotros.
Te amamos hijo ... te estamos esperando ... por lo pronto habitarás un lugar cerca de nosotros ... ¿qué tal si empezamos a conocernos así?



III

Dicen muchos que serás Pedro ... otros que serás Luana ... ¿qué serás? ... Desde un principio tu mamá me dijo que ella quería que sea sorpresa ... por lo tanto – y a pesar de que hoy día es posible saber el sexo de los bebés antes de nacer – preferimos no saber si sos Pedro o Luana ... o Luana o Pedro. A mí – te confieso – me costó un poquito mantener la duda ... y a medida que pasaban los estudios y vos ibas creciendo en la panza ... me comenzaron a dar muchas ganas de saber si eras nena o nene ... Traté de observar con atención cada vez que a mamá le realizaron una ecografía ... pero nunca pude saber demasiado ... Tengo muchas anécdotas al respecto ... casi todas graciosas: Cuando mamá estaba de 5 meses de embarazo ... hicimos una ecografía y antes de comenzarla yo le dije a la médica: - Mirá que la mamá no quiere saber el sexo - ... la médica asintió con la cabeza y al ratito de empezar a verte por un monitor nos dijo: - Yo ya lo sé - ... Eso me llevó a reflexionar que eras un varón ... dado que si la médica vislumbraba tan rápido si era nene o nena ... deberías ser varoncito ... ya que dicen que las nenas no se dejan ver con tanta facilidad ... Ahora bien hijo del alma ... cuando yo te vi ese día a través del monitor ... y vi como movías tus manitos y tus pies ... juraría que vi una hermosa nena ... pero te confieso que también podría pensar que nos saludabas con las manitos ... jajajaja ... En conclusión ... puedo decirte que hoy por hoy ... no sé realmente si serás nena o nene ... y la verdad es que poco importa ... La gente ha dicho tantas cosas sobre la panza de mamá ... hay quién la ve redonda ... otros en punta ... yo he tejido tantas incógnitas sobre el tema ... que he terminado por decidir que lo mejor y lo más hermoso es esperar a que nazcas y seas una hermosa y llorosa sorpresa.

martes, 10 de febrero de 2009

Y después el silencio

A la abuela Pepi



Toco el timbre y el chirrido resuena a mi lado ... Como siempre me pregunto por qué en casa de la abuela la campanilla está más cerca de la calle que del interior de la casa ... Mientras tanto ella sale de la cocina limpiándose las manos con el repasador y a los gritos pregunta quién es ... - Soy yo abuela - le respondo en un grito ... Abre la puerta y me mira sonriente – Ah, Rubencito mío eras vos ... pensé que ya no venías ... Andá al comedor que ya pongo la olla en el fuego ... prendé la televisión -
¿Te lavaste las manos? – sí abuela, recién – le miento distraídamente - ¿estaba papá en casa? - No, salió a cobrarle a un cliente – le digo con la boca llena de migas de pan - ¿y vos como estás abuela? - ¿Yo? ... yo estoy bien ... ando fenómeno ... comí un platito de sopa mientras te esperaba ... hoy a la mañana fui a la peluquería ... ay Rubencito ¡no comás más pan! que después no comés el pollo – ...

A la abuela le gusta conversar y me cuenta muchas cosas ... pero algunas veces me habla solo de su mamá ... De su mamá muerta cuando ella era joven ... de su mamá que no sabía ni leer ni escribir ... y por eso ella cuando niña le leía las cartas que llegaban de los parientes que habían quedado en Nápoles ... ¿Vos sabías Rubencito que yo leo en italiano? ... Bah! te voy a decir la verdad ... lo que yo entiendo es un dialecto del italiano ... el dialecto que hablaba mi mamá con sus paisanos ... Ahora tendría que ver si entiendo tanto como antes ... pasaron tantos años ... Yo tengo muchos primos allá ¿sabías? ... y ojo que son primos hermanos ... algunos ni siquiera los conozco ... deben estar grandes ya ... quién te dice tengan hijos y nietos como yo ... Mi mamá siempre me hablaba de la familia de allá ... vos no te imaginás lo que me quería mi mamá ... lo que me aconsejaba ... las cosas que me enseñaba de Italia ... no tuvo suerte ella Rubencito ... no tuvo suerte ...
¿Sabías que mi mamá a los doce años me mando a lo de una señora para que yo aprendiese a bordar? ... Mirá Rubencito ... te voy a mostrar la carpeta ... ahora vas a ver la mano que tenía tu abuela para el bordado ... ¡y tenía nada más que doce años eh! ... si todavía ni siquiera hablaba con tu abuelo ... espera acá que ahora te traigo la carpeta para que la veas la prolijidad y la nota que me puso la profesora al final del año ...

¿Sabés cuantos años estuve hablando con tu abuelo yo? ... casi diez años ... ¡diez años! ... parece mentira ... Al principio yo no quería saber nada ... tu abuelo vivía a dos cuadras de acá ... ahí en Tapalqué y Miralla ... esto te estoy hablando del año cuarenta y pico... cuando todas estas calles eran todavía de tierra ... Él pasaba siempre por la puerta de esta casa ... con otro malandrín que vivía acá en el barrio ... uno que era loco como él ... Pasaban los dos en un carro tirado como por tres, cuatro, cinco caballos ... Ahh ¡qué plato! ... siempre fue exagerado tu abuelo ... ¿a vos te parece? ¡cuatro caballos para llevar a ellos dos en un carro todo “escallato” ... por favor ... Algunas vecinas ya me habían dicho que él tenía interés en mí ... Y yo les decía ¡con ese loco de los caballos! nooo ni borracha ... Ellos pasaban todos los días a la nochecita para guardar los caballos en un corralón que había acá a la vuelta ... Yo los veía porque a esa hora siempre estaba sentada en el umbral de esta casa ... esperando que mi mamá me llame para la cena ... Pobrecita mi mamá ... me decía que me case ... yo era tan linda ... pero ojo ... que tu abuelo le sacaba suspiros a más de una también ... ¡Si nosotros dos fuimos la pareja más linda del barrio! ... y ojo que no lo digo yo Rubencito ... lo decía todo el mundo... ¿Sabés el vestido de novia que tenía puesto yo? ... ahí en la pieza tengo la foto ... andá y mirala ... fijate el largo de la cola ... fijate el traje que tenía puesto tu abuelo.

San Caitelo de Roma viniste – le digo a la abuela con voz fuerte y burlona - ... ella me cura el maldeojo y bosteza ... bosteza más y caen lágrimas de sus ojos ... sin embargo ríe y se ríe con fuerza mientras me dice: - guacho de mierda ... no hay que decir el rezo del maldeojo en voz alta ... porque sino no te cura ... ¿vos como aprendiste que empieza así? - ... Yo – entre risas – yo te lo escuché a vos abuela ... me curaste el maldeojo tantas veces que te leí los labios para ver que decías en voz tan bajita ... La abuela dice – ¡me cazzo! - se ríe y bosteza - estás ojeado Rubencito ... mirá como me pusiste ... no paro de bostezar ... ¿no tendrás alguna pretendienta por ahí que te mira mucho? ... Pucha que estabas ojeado ... ¿ahora te sentís mejor? ... vas a ver que en rato se te pasa el malestar en la cabeza ... No sabés tu papá ... se lo curo todos los días ... Pero ese es más loco ... yo no sé si se siente mal o me lo pide para que le acaricie la cabeza ... Viene y se sienta ... me pide que le saque y al rato sale como un loco y se va ... Ay yo no sé este chico ...

Yo te arreglo el pantalón Rubencito ... te pongo un poco de tela de jean por atrás y ni se nota el agujero ... te va a quedar como nuevo ... ¡eso sí! ... no me pidas que te arregle los bolsillos ... yo soy una inútil para eso ... no tengo paciencia ... hay que desarmar toda la cintura y después volver a armar el pantalón ... A mí después me quedan los bolsillos todos arrugados y me quiero morir ... mejor te los coso por fuera ... no vaya a ser que pierdas algún billete o algún pañuelo y te acuerdes de mí ... ¡después vas a andar diciendo que la boluda de tu abuela te dejó los bolsillos rotos! ... Para la semana que viene lo tenés arreglado ... ¿vos lo necesitabas para esta semana? ... Ay Rubencito ... mirá toda la ropa que me trajeron ... la gorda de “La Puñalada” está cada día peor ... Mirá esta pollera Rubencito ... entran tres como yo ... y eso que ya se la arreglé dos veces ... Hace una semana que la estoy esperando para que se la pruebe ... pero esta chica no viene ... yo no sé ... trabaja mucho y llega tarde a la casa ... Viste que el marido no vive más con ella ... Ahh sí ... no sabés que lío la otra noche ... desde la cama yo escuchaba los gritos en la calle ... iba a salir a ver pero me dio miedo ... además me daba vergüenza que me viese ella ... pero desde esa noche al marido no lo vi más ... seguro habrá ido a buscar otra boluda que lo mantenga ...

Escucha una cosa Rubencito ... ayer a la mañana fui a la mercería a comprar unos cierres de pantalón y cuando pasé por el kiosquito de la esquina le puse cincuenta centavos al 72 ... Yo juego solo cincuenta centavos ¿viste? más plata no puedo mamita ... ¡Qué le voy a hacer con esta mishadura! ... Ahora decime ... ¿querés creer que salió a la noche? ... me agarré una chinche cuando prendí la radio ... ¡qué pajarona soy! ... Es que no tuve tiempo mamita ... no tuve tiempo ... estuve todo el día con el vestido de una señora de acá del pasaje ... Se lo estoy ensanchando ... pero me está dando un trabajo bárbaro ... ¡Miralo como me está quedando! ¡una pinturita eh! ¡mirá que mano tiene tu abuela! ... y este se ve que le salió caro en su momento porque esta hecho con buena tela ... ¡Mirá tocalo vos! ¿te das cuenta? ... con cuidado que está lleno de alfileres Rubencito ... no te me vas a pinchar los dedos ... ¿Sabés? ... anteayer agarré el 52 a la nacional ... Lo venía siguiendo desde hacía tres semanas ... es el año que nació tu papá ... La otra noche soñé que estaba embarazada de él y cuando me desperté lo primero que pensé fue en jugar el año a la quiniela ... y ese día no salió en ninguna pero yo lo seguí jugando ... Es que a los números hay que seguirlos mamita ... si los seguís todos los días los terminás agarrando ... es sabido ... Eso pasó con el 36 la vez pasada ... Resulta que el nieto de la Luisa cumplía 37 ... y ni bien me enteré le jugué al año que nació ... lo que cumplió y lo que dejó ... Casi una semana entera jugándolo a la tarde y a la noche y al final lo agarré ... Estaba calentando la sopa en la cocina y empecé a los gritos cuando lo escuché en la radio ... La Tía Fini vino asustada desde el fondo pensando que me había pasado algo y cuando me vio loca de contenta me mandó a la reputa madre que me parió ... Ella me puteaba y yo me reía como loca y no le podía hablar de la risa ... ¡Ay qué plato que fue esa noche! ...

La abuela enfermó nunca supe bien de que ... sus últimos días los pasó yendo y viniendo de casa de mi tía al hospital ... hasta que quedó internada ... y dormía como una pajarita y se olvidaba de todo ...
Era una tarde de verano ... y la abuela dormitaba ... mi prima y yo le conversábamos y ella contestaba como desde un sueño profundo ... En general eran frases incoherentes o entrecortadas ... sin embargo se reía de algunos chistes que le hacíamos ... La enfermera trajo la sonda para orinar ... y a partir de ahí todo se hizo confuso ... los gritos de la abuela enojada de tener que soportar la sonda ... advirtiéndonos que se orinaba encima ... que no podía contener el pis ... la enfermera pidiéndome ayuda para sujetarla a la cama ... mis manos sujetándole los brazos para que la abuela pueda ser atada de pies y manos a los barrotes de la cama ... llorando e insultándonos a todos pidiendo que la dejáramos en paz ... implorando a los gritos ayuda a su mamá ... ¡ay mamá por favor ayudame! ... y después el silencio ... apenas un suspiro como un hilito de aire escapando de sus labios ... la mirada penetrante y mirándome fijo ... los ojos de la abuela casi vidriosos ... los ojos de la abuela como nunca nadie me miró en la vida ... mezcla de amor, odio, sobre todo miedo y muerte ... y después el silencio ... mi aliento contenido de estupor ... de no saber que hacer ni que decirle ... Y el doctor entrando de repente en la habitación ... sacándome afuera a los gritos ... y los tubos de oxígeno casi atropellándome en la puerta de la habitación ... y los ruidos y los aullidos de miedo de la abuela nuevamente llamando a su madre ... y después el silencio ... y el lo siento mucho en boca de un imbécil con delantal blanco y nombre de doctor ... y los falsos buenos modales de la enfermera arrastrando los tubos nuevamente al pasillo ... y las ganas de reventarle la cara a trompadas a esa mal nacida que trajo la sonda ...

Y después el llanto ... las cenizas y otra vez el silencio ... esa muerte de perro asustado persiguiéndome en cada esquina ... y recordándome esos ojos en los que el terror ya había echo lo suyo ... ese absurdo de morirse lejos de su casa ... de su barrio ... y sin saber que te estaban haciendo ... para que te voy a contar ... si yo no sé que me decían esos ojos ...

Estoy sentado en el comedor y la abuela trae una olla humeante y la deja sobre la mesa ... el sabor del pollo a la cacerola no se hace esperar ... lo huelo y me relamo ... La abuela sirve en el plato ... y después se sienta a mi lado y me mira largamente a los ojos sin decir palabra ... tiene un vestido floreado y de muchos colores ... Yo sin saber por qué me mira de esa manera ... me acerco y le doy un beso ... Ahí nomás puedo sentir también su olor ... que es el olor de la abuela pero también un aroma a jazmines y a la primavera toda ... Ella sonríe mientras la beso... tiene la mejilla tibia y parece llena de vida ... sus ojos son como el verde del mar ... y su cara está toda luz como la tarde ...
La rueda comienza a girar ... y solo se oye el sonido del pedal y la correa mientras la abuela cose ...
- Pero abuela ... vos estás muerta - ... le digo imprevistamente y con la poca consideración que a veces nos deparan los sueños ... Y ella sonriendo asiente con la cabeza ... se da vuelta hacia mí ... y me dice que sí ... y sigue sonriendo mientras se acomoda en la máquina ... y me dice te quiero mucho Rubencito mío ... pero dale mamita comé ... comé el pollo que se va a enfriar ...

sábado, 7 de febrero de 2009

Parque Centenario

A Roxana



Eran las ocho de la noche en Parque Centenario ... No sé por qué o quizás la razón es demasiado evidente y conviene hacerse el misterioso ... pero cada vez que escucho ... leo o camino por la calle Río de Janeiro me acuerdo de tu casa ... Tu casa ... esa que quedaba cerca de Medrano y Rivadavia ... ese ambiente chiquitito e iluminado que al entrar invitaba a quedarse a saborear tus encantos y el exquisito olor que exhalaba ese aparatito que enchufabas cerca de la puerta de entrada y que servía para aromatizar el ambiente ...
Hoy me acordé justamente cuando iba en busca de un colectivo que me llevé a la mía ... quizás el invierno volvió mucho más nítida la imagen calurosa del sillón y la mesa plegable que se abría de par en par cuando era la hora de la cena ... ¿viste que el invierno cobija y vuelve más agradable aquellos recuerdos que rebozan calor humano? ... nunca me pregunté el por qué pero es una sensación ... casi una certeza que me acompaña desde mi infancia.
Mi abuelo Cacho murió un 10 de Junio ... la fecha exacta la supe mucho después ... pero el frío lo sentí mucho antes ... pucha que sentí frío aquella noche ... tanto que a la madrugada tuve una repentina e inevitable fiebre ... que solo se calmó entremedio de la abuela Pepi y el abuelo Tato ... que no menos impactados por la noticia (aunque sí más lejanos en el sentimiento) me cobijaron en su propia cama aquella noche de invierno ...
Pero eso no importa ahora ... yo quiero hablar de tu casa y de vos ... las lejanas y cambiantes temperaturas en las que se templó mi alma las dejamos para otro día ...
Eran las ocho de la noche en Parque Centenario ... y tu casa estaba tan cerca que hubiese sido un pecado no dejarse llegar hasta allí ... como quien va en busca de un plato de sopa caliente ...
Y estoy seguro que varios niños habrán cedido a la tentación antes que yo ... y no los juzgo porque la inocencia tiene esas ventajas ...
Lo cierto es que llegué ... y la suerte pareció estar de mi lado cuando abriste la puerta y me recibiste con una sorpresa vaciada de preámbulos que invitaba a subir ... Varios pisos más arriba me dio la bienvenida el sillón con sus almohadones ... y mi cuerpo agradecido hundió bruscamente los elásticos buscando relajarse ... a esta altura la pequeña alfombra blanquecina se solidarizaba con mis pies ya descalzos ... y vos como una gata que se contornea dejando en el aire un hálito de manzana prohibida ... te dirigiste a la pequeña cocina buscando quién sabe qué excusa ...

lunes, 2 de febrero de 2009

Llorando ...

A mi viejo, a Pacho.



El Loco viene llorando ... y el llanto desencaja aún más su cara llena de rasguños ... Ajeno todavía a su presencia ... yo estoy atándome las zapatillas en la soledad de un vestuario ... allá afuera espera un partido de fútbol que nunca llegaré a jugar ...
El Loco se acerca con ojos asustados ... Está visiblemente conmocionado y la voz se le quiebra cuando intenta hablar ... Enjuga las lágrimas y sus palabras salen como si las estuviese repitiendo de memoria: - Pacho está internado en el Santoiani. Tuvimos un accidente con la camioneta ... Lo tienen en la guardia ... está grave ... -
Caprichos del dramatismo ... reparo en lo menos importante ... Para el Loco mi viejo no es papá ni tu padre ni tu viejo ... sino sencillamente Pacho ...
Caprichos del sueño ... no sé en qué lugar de la ciudad estoy ... ni con quiénes iba a compartir un partido de fútbol ... solo sé que mi hermano Pablo está cambiado y esperando en la cancha para jugar ... Desde aquí puedo verlo ... parece que primero resuelvo avisarle lo de papá ... y convencido de estar yendo a su encuentro ... estoy caminando rápidamente hacia el hospital en compañía del Loco ...
De un momento para el otro, vamos a todo lo que dan nuestras piernas por la Avenida Emilio Castro ... En la carrera alocada imagino lo peor y terminante ... Muerto de miedo me detengo ... apoyo mis manos en los hombros del Loco y le suplico: - Por favor Loco decime la verdad ... qué pasó? - ...
- Viste que yo laburo con la gente del Nono Frondizi - reconoce culposo el Loco - se pudrió todo con el sindicato ... me buscaban a mí ... Pacho andaba conmigo en la camioneta y lo acuchillaron ... no sabés pobrecito ... tenía todas las tripas afuera ... parece que perdió mucha sangre ... tiene la panza destrozada ...
En este punto mi desesperación pudo ser total ... pensé en mi viejo tirado en el piso con el vientre abierto y lastimado ... en sus tripas al aire ... en la sangre ... en el reparto de achuras y menudencias con el que mi viejo se gana la vida ... y no sé cómo ni de que manera llegamos al hospital.
En la guardia médica hay decenas de salas ambulatorias ... para escándalo de las enfermeras yo voy abriendo desesperadamente las puertas de las distintas habitaciones ... hasta que finalmente doy con una en la cuál solo veo un par de pies descalzos, inmóviles y blanquecinos ... Los comienzo a observar casi estudiándolos ... - ¿Cómo no voy a reconocer los pies de mi viejo? - me pregunto entre sollozos y maldiciones ... Entonces resuelvo ... que esos pies que ahora parecen casi flotar a la altura de mis ojos ... son los pies de papá ... y también descubro su figura abultando las sábanas blancas de la camilla del hospital ... Pero atención! ... Papá está sentado y pensativo ... con la vista perdida y una pequeña gasa cubriéndole el ombligo ... Apenas un leve rasguño ... Estallo en lágrimas cuando adivino que - después de todo - él se encuentra bien ... y bastante sorprendido de mi llegada.
- Pero hijo ... no llorés ... ¿qué te dijeron? - dice papá con voz tranquila y contenedora.
- Te quiero mucho papá - alcanzo a balbucear ... mientras apoyo su cuerpo contra el mío y lo abrazo desesperadamente con todas mis fuerzas ... casi como si ya nunca más lo fuese a desprender de mis brazos ...
Desperté llorando.